Existen maneras de ver el mundo. Maneras de dirigirnos hacia una comprensión del mundo. El mundo y nosotros somos sólo eso, una manera de ver hacia adentro y hacia afuera. Intercaladamente, sorpresivamente, fusionadamente. La forma que toma nuestro interior está tan interrumpida por el mundo, como la forma que toma el mundo está tan afectada por nuestro interior. Podría decirse que el mundo es tan basto como nuestro pensamiento, y que nuestro pensamiento es tan múltiple como lo es el mundo. Entonces: ¿Cómo lograr una visión global de la sociedad y de mi mísma? Somos esa perfecta dualidad: el adentro y el afuera, el pensamiento y el mundo, el sentimiento y la razón, la palabra y la imagen. Nos dirigimos, entonces, a buscar retazos de la subjetividad, retazos de la sociedad. El recuadro que uno pone para observar (hacia adentro y hacia afuera) es suficiente para hacerse presente, para tomar forma. El mundo es lo que uno ve en él, y nosotros somos lo que el mundo ha podido introducirnos.
jueves, 1 de noviembre de 2007
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